miércoles, 26 de enero de 2011

Mundo bebé

Lucía dice todo el tiempo que la experiencia del embarzo es intransferible. Al decir eso se refiere a que muchas de sus amigas tuvieron hijos antes que ella y le habían transmitido un montón de sensaciones y vivencias, ella misma trabajó de niñera con tres o cuatro de sus sobrinos durante muchos años -algunos de ellos desde recién nacidos- así que tenía una idea bastante aproximada de lo que significaba la experiencia de tener un hijo… y aún así… nada de eso la preparó para este momento. Este momento es enteramente diferente a como se lo había imaginado cuando los demás trataron de describírselo. Por eso repite lo de que esto es intransferible.

Es intransferible además porque me he dado cuenta que cada persona que ha pasado por esto tiende a pensar que su experiencia es más generalizable que lo que realmente es. Con esto quiero decir que el embarazo le pega a cada uno para lados diferentes, y hay tantas reacciones, emociones y sensaciones diferentes como personas que lo transitan. La cuestión es que nadie te puede preparar para lo que viene. Incluso en el imposible caso de que te describan a la perfección lo que te va a pasar… igual hay un abismo entre imaginarlo y vivirlo.

Nosotros éramos una pareja sin hijos que la pasábamos muy bien juntos -lo seguimos haciendo-. Al punto de que no sentíamos la urgencia de tener hijos, ni nos pesaba el hecho de no tenerlos. Así íbamos por la vida. Nos encantaban los niños. Nos alegrábamos por los embarazos de la gente que nos rodeaba. Pero nuestra vida iba por otros lados.

Hoy no puedo ir por la calle sin ver referencias al embarazo por todos lados. Me paro en cada jugetería a ver qué autito le voy a comprar para decorar su rincón. En el supermercado me detengo un buen rato en la parte de ropa para bebés. Cuando camino por la calle veo a muchísimas mujeres embarazadas y trato de adivinar en qué semana están -antes ni siquiera sabía que los embarazos se medían en semanas-. De repente me doy cuenta que por todos lados hay padres con sus bebés. Parece que el mundo se hubiera llenado de repente de mujeres embarazadas y de padres con bebés.

Bebés, bebés, bebés por todos lados... Es como una escena de una pelicula de Hitchcock, pero de signo positivo.

Porque todo esto me encanta.

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